lunes, 30 de noviembre de 2009

Abierta la inscripción para la Carrera de Gestión Cultural, en La Plata

“La importancia de las herramientas de la gestión para el artista independiente”*

Prof. Mariela Anastasio

El artista independiente sabe, que además de preparar su espectáculo, debe promoverlo. Y ahí es donde entra en escena la figura del gestor, o lo que es mejor: ahí es cuando el artista debe convertirse en gestor. Para ello, es necesario que se nutra de herramientas que lo van a ayudar a lograr su objetivo, y aquí la capacitación cumplirá un papel sumamente importante, ya sea mediante talleres, jornadas, cursos, libros o –si le interesa profundizar un poco más en el campo- estudiando la carrera de Gestión Cultural.
El artista-gestor (todo artista en realidad gesta cultura)debe conocer no sólo todo lo concerniente a su área específica, sino que lo ideal, es que adquiera nociones básicas de comunicación, economía, publicidad, marketing y diseño entre otras materias, para poder resolver él solo cuestiones que hacen al armado y promoción de su espectáculo. No olvidemos que el artista muchas veces es su propio productor, y es por ello que estamos hablando de la necesidad de capacitarse para poder desarrollar con éxito su actividad, que en muchos casos –afortunadamente- se trata del trabajo que le proporciona el sustento económico.
En América Latina, al artista independiente (que, convengamos, la mayoría de las veces que sea “independiente” no es una elección) no le queda otra alternativa que forjarse su propio camino, ya que son escasos los programas de fomento y apoyo a la actividad cultural, y los que existen, no alcanzan a cubrir ni las necesidades de las sociedades, ni la de los trabajadores culturales, por su puesto. Es por ello que se da el fenómeno de que la mayor parte de los proyectos, eventos y espectáculos que disfrutamos, nacen de la mano de los artistas -que los realizan por iniciativa propia- y no de programas de gobierno, como sería lo esperable. Por poner un ejemplo: la ciudad de La Plata, tiene una actividad teatral muy activa, prolífica e importante, con obras y compañías que son reconocidas permanentemente en festivales, encuentros y concursos nacionales e internacionales. Y cada fin de semana, las carteleras rebasan de propuestas de todos los colores a precios realmente populares. ¿Se han preguntado quién sostiene todo esto? La respuesta es: los grupos independientes. Y es tan claro que el teatro platense tiene una entidad gracias a la voluntad de los artistas, que si nos decidiéramos a disolver nuestras compañías, aquí desaparecería el teatro por completo.
El caso del teatro no es el único, claro. Esta realidad se hace extensible a otras disciplinas artísticas. Y todos podemos ayudar a resolver este dilema: como ciudadanos, exigiendo más presupuesto y espacio para programas culturales, que contemplen remuneraciones dignas para los trabajadores, y que sean de acceso gratuito para la sociedad; como artistas, proponiendo ideas, ofreciendo nuestras producciones, haciéndolas valer y demostrando la importancia que tiene trabajar entre todos para enriquecernos culturalmente.
Para que ello ocurra, es necesario que la sociedad se concientice y apoye estas iniciativas, y que el artista-gestor sepa hacerse un lugar, o lo construya si fuese necesario. En este punto, nos encontramos con el planteo del comienzo: es imprescindible el conocimiento. Y el compromiso, por su puesto. Y la perseverancia. Y la voluntad. Todos aspectos fundamentales para lograr una gestión exitosa. Pero sin dudas, si se quiere llegar a buen puerto, un gestor debe aprender a manejar una herramienta ineludible, tal vez la más importante y útil de todas: la planificación.
Como dice el ya conocido, Ander Egg: “se planifica para acortar el grado de incertidumbre”. Y no hay una definición más verdadera. La planificación nos ayuda a vislumbrar el camino a recorrer, es una hoja de ruta que nos acompaña desde la gestación de nuestro proyecto, y es muy beneficiosa para advertir posibles inconvenientes y proponer soluciones. Pero, por sobre todo, la planificación nos ORGANIZA, nos ordena, nos da pautas de cómo administrar el tiempo y los recursos, y esto es básico si se quiere encarar cualquier proyecto.
Esta apenas es una introducción al universo de la gestión cultural, que, es cierto, se termina de aprender en la práctica, en el hacer de cada día. Pero no por ello debemos desconocer el conocimiento teórico que nos servirá como base en todo momento, al querer materializar nuestras ideas.

*Ponencia en el marco de las Primeras Jornadas de Gestión Cultural. Teatro Argentino, La Plata, Noviembre de 2009.

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